Que terrible
ser zurdo,
siempre borran
lo que van
escribiendo.

El mundo
y sus
injusticias,

el mundo
y sus
ironías.

Te fuiste
y te llevaste contigo
toda mi aventura
¡que mierda!

Lo único extremo
que me va quedando
es por la mañana
cruzar la Panamericana
sin mirar
a los lados;
y por la tarde
subir las escaleras del metro
corriendo,
intercalando escalones.

¡Que mierda!

No me gusta decir
te lo dije,
porque no
te dije.
Pero ahora
te digo:
vas a volver,
y entonces
te diré:
te lo dije.

No entiendo
el por qué
de mi asombro,
si siempre supe
que terminaría
como escombro.
Las cartas
siempre estuvieron
echadas
con un as
en tu manga,
con una chuza
de bolos,
con un
home run,
un gol de oro,
y un jaque matte.
Siempre noté
algo raro
raro en la balanza.

No entiendo
el por qué
de mi asombro,
si siempre supe
que tu apellido era
Tabilidad.

De lunes
a sábados,
vende paltas en casa,
gana sus buenas
monedas;
pero tanto
trabajo,
requiere de un buen
descanso,
es por eso
que los días domingos
son para el Señor...
para el señor
de la botillería,

¡Se toma
toda la plata
este hueón!